Pie de atleta, cómo curarlo con remedios naturales

También para el pie del atleta existen algunos remedios naturales. Pie de atleta, cómo curarlo con remedios naturales También conocido como Tinea Pedis, el pie de atleta es una enfermedad causada por hongos dermatofitos. Esta micosis superficial es una enfermedad contagiosa que se propaga ayudada por el clima y los lugares calientes y húmedos; los lugares de contagio más riesgosos son las instalaciones deportivas públicas (gimnasios, piscinas, etc.). Pero podemos tratar con el pie de atleta con remedios naturales.

Hierbas y pediluvios
Los microorganismos que causan la infección se alojan entre los dedos del pie, causando enrojecimiento, picazón severa, descamaciones y ampollas. Dada la tendencia a rascarse, es importante recordar que hay que evitar a toda costa tocarse luego la cara u otras partes del cuerpo como las axilas o la ingle, ya que es inluso posible en personas debilitadas o predispuestas, que la infección se extienda a otras áreas de la piel. La higiene personal debe ser muy exhaustiva y debe incluir también a la ropa, toallas, sábanas, etc. utilizadas por la persona afectada.

Para el pie del atleta existen algunos remedios naturales. Se puede recurrir a pediluvios o aplicaciones a base de hierbas, repetidas a diario. Si se trata de una forma leve, la enfermedad en cuestión puede ser tratada con baños de pies a base de lavanda. 15/20 minutos al día serán suficientes.

En caso de sufrir picazón y malestar, aplicar loción  de caléndula en las áreas afectadas, o un poco de esencia de eucalipto. Probar también, para realizar el pediluvio, una mezcla de trébol, caléndula, salvia y Agrimonio con unas cucharaditas (tamaño té) de vinagre de sidra. El baño de pies está lista.

Un remedio natural muy popular para el pie de atleta es aceite de árbol de té, un aceite con fuertes propiedades antisépticas. Aplicar con hisopo embebido en este aceite, 2-3 al día en las áreas afectadas.

Prevención
El tratamiento para el pie de atleta con remedios naturales, debe ser apoyada por prácticas de higiene que impidan un resurgimiento de la infección, especialmente en individuos susceptibles. Utilizar siempre zapatillas en las duchas públicas o vestuarios; usar zapatos ligeros, que respiren; desinfectar los zapatos con productos apropiados. 
Recordar, por último, que los meses de verano son los más favorables para la proliferación de infecciones por hongos de este tipo.