Las lilas no son sólo flores ornamentales, que llenan el aire con los colores y perfumes de la primavera, sino también un gran remedio natural para algunos problemas del cuerpo y la mente. 
La flor de lila, también conocida con el nombre de Serenella, es una flor muy utilizada para adornar y perfumar los jardines y parques, gracias a su fragancia inconfundible y su hermoso color. Originaria de Turquía, fue introducida en Europa durante el siglo XVII.
Es una flor que contiene farnesol, vitamina C y taninos. Desde siempre ha sido utilizada en la medicina popular para preparar aceites esenciales contra los dolores reumáticos; también se puede consumir en forma de decocción como febrífugo. Parte de sus propiedades se derivan de la siringina, un compuesto orgánico de glucósidos, presente en diferentes especies de lilas, y también ligustros y jazmines.
Las hojas de esta planta tienen un sabor muy amargo, pero es a partir de estas hojas que se preparan las decocciones, que también tienen propiedades digestivas.
Las lilas también tienen propiedades anti-inflamatorias, antineurálgicas, antirreumáticas, descongestivas y tónicas.
Esta flor esconde, como hemos visto, muchas propiedades fitoterapéuticas, entre ellas, la de reducir la presión arterial. Esto se debe a su contenido de glucósidos, ingredientes activos especiales que actúan a nivel de la presión arterial.
Para aprovechar al máximo estas propiedades, es suficiente preparar una decocción, a partir de la corteza de la planta, que se consigue en herboristerías. Hervir 10 gramos de corteza en 350 ml de agua durante 10 minutos. A continuación, enfriar, filtrar y, si se desea, endulzar con un poco de stevia. Este remedio contra la presión arterial alta no debe tomarse más de un mes, y siempre bajo el asesoramiento de un especialista.
Las flores de lilas tienen también un aroma muy intenso y especial. Este aroma parece tener efectos beneficiosos para el cuerpo. Para aliviar la tensión y la ansiedad, tomar un puñado de estas flores frescas, o 3-4 gotas de su aceite esencial, y utilizar en un baño de inmersión.
Otra posibilidad es utilizar el olelito de lila. Esta solución es ideal para realizar masajes en las piernas y pies durante el verano, ya que reduce la inflamación, suaviza la piel y relaja los músculos.
El oleolito, que se utiliza sólo para uso externo, se puede realizar colocando dos puñados de hojas frescas en medio litro de aceite de oliva. Dejar macerar 15 días al sol y, cuando esté listo, aplicar masajeando suavemente las zonas afectadas, también en casos de reumatismo.
También se utiliza mucho el gemoderivado que se obtiene por la maceración de brotes frescos de la Syringa vulgaris (tal el nombre científico de la planta).
