Prevención y cuidados para tener pies cómodos e impecables. Los callos son un depósito de células muertas que se forman para proteger el pie contra la presión excesiva. La piel se endurece para crear una capa de defensa, pero esta capa puede llegar tan profundo como para alcanzar las terminales nerviosas, causando mucho dolor.
La primera solución, se sabe, es la prevención, que en este caso significa usar zapatos blandos, tanto como sea posible, limitar el uso de tacones altos o de puntas muy cerradas; complementar la dieta con vitaminas A y E y, sobre todo, masajear e hidratar regularmente los pies con aceites (se pueden preparar en forma casera, mezclando aceite de sésamo con unas gotas de aceite esencial de clavo).
Pero, si las medidas preventivas fueron escasas o insuficientes, y lamentablemente han aparecido callos en los pies, existen algunos remedios caseros para solucionar este problema.
Recordar, en primer lugar, que están absolutamente prohibidas las medidas «sangrientas», como cuchillas de afeitar, tijeras o cualquier otro objeto punzante o cortante que se le ocurra: los cortes y heridas que éstos pueden causar podrían desencadenar infecciones peligrosas y difíciles de sanar.
Lo que sí puede ayudar, son algunas de las siguientes medidas:
– Usar los parches anti-callos, que se venden en las farmacias, pero con moderación, por un período limitado (2 semanas como máximo), y sólo en la zona endurecida y dolorida. Esto se debe a que estos apósitos contienen un ácido que puede causar daño también a la piel circundante.
– Realizar de forma periódica, un baño de pies en agua caliente, donde se ha sumergido algunas bolsitas de té de manzanilla (también puede ser agua y harina de avena, o una infusión hecha con tres hojas de hiedra maceradas en vinagre durante 12 horas). Después del baño de pies, incluso las partes más difíciles de los pies se habrán suavizado, y en este momento, se puede tratar las áreas callosas con la piedra pómez angular clásica. Después de secar bien toda la zona, masajear con crema de manos, hidratando el área afectada. Si existe piel viva, muy delicado, aplicar un parche de piel.
Otros remedios para suavizar las callosidades consisten en aplicar sobre el área rodajas de limón o tinturas a base de ácido salicílico, que disuelven la piel dura y permiten eliminar el callo en unos pocos días.