Sabemos que nuestro hogar afecta a nuestro estado de ánimo: pintamos las paredes de rojo para dar energía o verde para mejorar nuestro equilibrio. Pero el ambiente que nos rodea también puede influir en… la balanza! 
Platos y vasos, la consistencia de los colchones y la disposición de los muebles pueden hacernos engordar. Así lo documenta el Dr. Brian Wansink, autor de «Comer sin sentido: ¿Por qué comemos más de lo que pensamos«. De acuerdo con su investigación, podemos mejorar nuestra figura con pequeñas estrategias psicológicas aplicadas a los interiores del hogar.
6 simples detalles
1) Sus vasos tienen la forma equivocada
Observe la forma de sus vasos: son bajos y rechonchos? Usted está bebiendo más de lo debido, y si no tiene cuidado su cuerpo podría tomar la misma forma! La investigación del Dr. Wansink ha demostrado que si se toman dos vasos de igual capacidad, pero uno bajo y robusto y el otro alto y estrecho, acabaremos poniendo en promedio un 30% más de líquido en el primera! Esto explica por qué las bebidas en el bar se sirven en vasos altos: la percepción que tenemos es la de beber más! Así, mientras que los vasos bajos y anchos pueden ser perfecto para beber agua durante todo el día, es preferible que las bebidas azucaradas se sirvan en los altos.
2) El servicio de platos es demasiado grande
Los platos de gran tamaño al estilo de los restaurantes, tientan a comer más pero ¿ha considerado los efectos que tienen en su cintura? «El tamaño de su plato tiene mucha importancia«, dice Wansink, «ya que, sustituyendo un plato con un diámetro de 10 pulgadas (25 cm) con otro de 12 pulgadas (30 cm), la gente come un 22% más«. El Dr. Wansink ha calculado que las personas comen en promedio, un 92% de la comida que ponen en su plato: disminuyendo el tamaño de los mismos se come un 14% menos. Así que es mejor abandonar los servicios gigantes tan de moda, y volver a los tradicionales.
3) Es muy fácil comer de más frente al televisor
Cuando la mesa del comedor se usa para todo menos para comer (la usamos como escitorio, apoyamos la bolsa, etc.) se podría tener la «brillante» idea de sentarse en el sofá viendo la televisión para la cena o el desayuno. ¡Error! Se va a comer más ya que la distracción impide concentrarse en la comida. Por el contrario, entarse a la mesa para comer, hace que la comida sea más lenta y se disfrute más.
4) Cuidar el sueño
Dormir bien es esencial para mantener el peso controlado. Cuando está cansado, los niveles de leptina, que controlan el apetito, disminuyen; mientras que los niveles de grelina, un estimulador del apetito aumentan. Se recomienda trabajar en la «calidad del sueño«, y asegurarse de dormir bastante. Cambiar las cortinas para oscurecer la habitación y mantener las luces apagadas mientras se duerme . Incluso si el colchón es demasiado blando o demasiado duro puede impedir un sueño profundo.
5) No llenar la despensa de bocadillos
¿Cuándo tiene hambre «engulle» de todo? Reorganizando la despensa de una manera estratégica, se pueden evitará sumar algunos kilos. Organizar en el centro de la despensa los alimentos saludables y esconder en el fondo los aperitivos poco saludables: ojos que no ven, «comida» que no hace daño.
6) Durante las comidas, música de fondo
Los expertos de fitness recomiendan escuchar música a un ritmo acelerado durante la práctica deportiva con el fin de aumentar la intensidad. La misma lógica se puede aplicar a la hora de comer, pero en la dirección opuesta. Más rápido es el ritmo de la música que escucha, más rápido comerá. Al igual que en los restaurantes íntimos y pequeños, se transmite una música lenta y dulce, que anima a relajarse y disfrutar de la comida, si usted come lentamente y disfruta cada bocado, el cerebro y el estómago tendrá tiempo para hablar y se sentirá satisfecho más rápido.
Mejorar la coherencia en la dieta es por lo tanto, posible gracias a estos pequeños trucos psicológicos y si se siente el deseo incontrolable de comer algo, sentarse 5 minutos y verá que desaparece!
