Los especialistas hacen hincapié en la importancia del yodo para el buen funcionamiento de esta glándula, debido a que la síntesis de hormonas tiroideas depende de la disponibilidad adecuada de este oligoelemento. 
Una de las reglas básicas para nuestra salud es seguir una dieta equilibrada que pueda satisfacer todas las necesidades del organismo. Este principio debe ser interpretado de manera más rigurosa con respecto al bienestar de la tiroides.
El yodo está presente en cantidades muy pequeñas en el organismo, y se elimina todos los días a través de la orina y el sudor, por lo que es esencial introducir las cantidades adecuadas a través de la dieta.
Para evitar el mal funcionamiento de la tiroides se recomienda entonces, consumir a diario sal yodada (por supuesto, salvo en casos especiales, como la hipertensión ) en pequeñas cantidades (3-5 gr. son suficientes). La sal yodada se debe comer «fría», ya que una alta temperatura, como por ejemplo el agua de la pasta o una sopa, pueden degradar el yodo.
La importancia del yodo para la salud de la tiroides está universalmente reconocida, por lo que en algunos países se añade a la alimentación del ganado y el agua utilizada para el riego, a fin de introducirlo en la cadena alimentaria.
Pero, ¿qué podría suceder en el caso de carencia de yodo? Pueden surgir diversas patologías, como el bocio, o un aumento del volumen de la glándula que puede conducir a la formación de nódulos; sin embargo, es durante el embarazo que su escacez puede resultar perjudicial para la salud y el desarrollo del feto.
Los alimentos que contienen yodo son los peces de agua salada, productos lácteos, carne, huevos, cereales y muchas frutas y verduras, aunque algunas verduras (principalmente brócoli, repollo, nabos, etc.) tienen una actividad que limita la capacidad de la tiroides para absorber el yodo. En algunos casos, o en determinados momentos, puede ser necesario ayudar al organismo con una suplementación a través de determinados suplementos dietéticos .
Los tradicionales productos en tabletas, no siempre son adecuados ya qiue sus moléculas son de baja solubilidad. Este problema ha sido abordado y resuelto por la investigación farmacológica, que ha desarrollado una formulación innovadora en cápsulas blandas, que proporcionan una disolución y absorción rápida, así como una mayor estabilidad y biodisponibilidad de la sustancia activa en forma de contenido líquido. En esencia, cuando la cápsula blanda llega al estómago y se rompe, las sustancias activas están disponibles inmediatamente y se absorben rápidamente, en cualquier condición de la acidez gástrica.
