¿Como defender nuestras plantas, flores y verduras del ataque de las hormigas? 
Las hormigas son insectos muy laboriosos, beneficiosos para el ambiente, pero cuya presencia puede dar lugar a molestias tanto en la casa como en el jardín.
Puede suceder a menudo, de encontrar las verduras o plantas cultivadas en el jardín invadidas y tal vez destruidas por las hormigas tanto en su follaje como en sus raíces, devastadas por una colonia subterránea de estos insectos. Sin necesidad de recurrir a pesticidas u otros productos químicos riesgosos para el mantenimiento del delicado ecosistema del jardín o huerto, y también para la salud si se ingieren los alimentos no perfectamente lavados, hay remedios naturales especialmente eficaces.
Remedios para pulverizar
Las hormigas son insectos inteligentes y muy selectivos, que no puedes soportar algunas fragancias indeseadas. Entre ellas, en primer lugar, el vinagre, tanto de alcohol como de manzanas. Prepare una solución -una botella de 50 ml es suficiente- con 50% de agua y 50% de vinagre. Pulverizar sobre las plantas y, especialmente, en la tierra, en un círculo alrededor del tallo de cada planta: se formará una barrera invisible, un límite que las hormigas no cruzarán. Como alternativa, se pueden colocar esparcidas en el jardín, bolas de algodón o un paño impregnados con la misma sustancia. Resultados similares se pueden lograr con la bergamota, una planta odiada por casi todos los insectos: se pulveriza la solución como se ha explicado anteriormente y, si se tuviera la oportunidad, plantar algunos pocos ejemplares en el jardín.
Remedios en polvo
La gastronomía es rica en especias, harinas y otros elementos naturales que las hormigas detestan. Entre ellas, pimienta negra, canela y granos de café. Su intenso aroma hace que resulta sospechoso para los insectos que, temiendo por su seguridad, se alejan de la zona. Acomodar una línea de granos de pimienta, canela y café a unos pocos centímetros de las plantas, será más que suficiente.
Remedios de «equilibrio»
Un recurso es eficaz contra las hormigas consiste en ayudar a que la naturaleza siga su curso. Se pueden sembrar plantas conocidas por su poder repelente -la mencionada bergamota, y también menta– o introducir otros insectos naturalmente depredadores. Entre muchos, las arañas son las más recomendadas: no afectan la vegetación, y tienen la habilidad de capturar muchas especies de hormigas.
