Cómo curar un moratón de una manera natural

Un moratón o hematoma es un golpe o contusión que provoca un coágulo en la sangre que acaba marcando la piel debido al impacto. Pueden llegar a ser muy dolorosos cuando se lesionan los vasos sanguíneos. Conoce algunos remedios caseros que te ayudarán a combatir los moratones fácilmente. Cómo curar un moratón de una manera natural

Remedios naturales para un moratón

En el momento en que se recibe el golpe se debe aplicar una compresa bien fría o congelada. Puede servir también colocarse sobre la zona afectada una bolsa de verduras congeladas o incluso un poco de hielo.

Otra opción es emparar un algodón con un poco de vinagre de manzana y aplicar sobre el golpe con un poco de presión. También se pueden triturar unas hojas de almendro frescas y añadir un poco de agua hasta conseguir una cataplasma. De esta manera se impedirá que se forme un hematoma.  Eso sí hay que aplicarlo apenas te hayas golpeado.

Con un poco de perejil molido y un poco de mantequilla se puede preparar una pasta y frotar con ella el área que ha sufrido el golpe. Otra cataplasma perfecta es la realizada con manzana. Para ello hay que quitarla la piel y rallarla y aplicarla cruda directamente sobre la piel o cortarla en trozos y envolverla en una gasa finita antes de poner sobre la zona a tratar.

Otra opción es calentar en una sartén una cebolla y cuando esté transparente colocarla sobre una  gasa que se aplicará en el  lugar donde se recibió el golpe durante cuatro o cinco horas. Igualmente se puede preparar una infusión con 25 gramos de hojas de hamamelis junto con medio litro de agua y dejar que hierva durante quince minutos. Después se deja enfriar y se empapa con el resultado un trozo de tela que se aplicará en la zona del golpe sin dejar que se llegue a secar sobre la piel.

Se pueden disolver también diez gotas de aceite de siempreviva esencial en una cuchara de aceite de almendras. Se empapa con todo ello un algodón humedecido previamente con un poco de agua caliente y se deja durante toda la  noche puesto en la zona del golpe.

Con tres cucharas de sal colocadas en un paño de algodón y bien doblado para que no se caiga, se introduce éste en  un recipiente con agua templada.  Se estruja para eliminar el agua sobrante y se aplica unas ocho horas después de haber recibido el golpe, en la zona afectada.

Por último se pueden colocar un puñado de hojas de melisa secas dentro de un recipiente y cubrirlas con 250 ml de aceite de almendras. Se deja que actúe durante un período de quince días removiendo eso sí, a diario y transcurrido ese tiempo se cuela. Se derriten 25 gramos de cera de abeja y se añaden dos cápsulas de vitamina E. Se mezcla con todo lo anterior y se conserva dentro del frigorífico hasta que necesite ser usado.